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Viernes, 30 de mayo de 2025
El manejo de plagas mediante prácticas culturales como el abonado y la poda es fundamental en la agricultura sostenible. Un abonado equilibrado fortalece las plantas, haciéndolas menos susceptibles a plagas y enfermedades. Por otro lado, la poda adecuada mejora la aireación y la penetración de la luz, reduciendo ambientes propicios para patógenos y facilitando la detección temprana de infestaciones. Además, la eliminación de restos de poda evita la proliferación de organismos nocivos. Estas técnicas, integradas en la Gestión Integrada de Plagas (GIP), permiten minimizar el uso de productos fitosanitarios, promoviendo una producción agrícola más respetuosa con el medio ambiente y la salud humana. Ampliar información.
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