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Viernes, 23 de mayo de 2025
La implantación de setos o “islas” de vegetación autóctona en torno a los cultivos promueve el control biológico de plagas y enfermedades. Estas zonas vegetadas funcionan como refugio para insectos beneficiosos (enemigos naturales de plagas) y barreras fitosanitarias, aumentando la biodiversidad auxiliar y reduciendo la presión de patógenos. Por ejemplo, hay arbustos autóctonos capaces de albergar enemigos naturales de las plagas. Además, la vegetación auxiliar en los cultivos puede ahorrar insumos, mejorar la salud del suelo y fortalecer el control biológico de plagas. Así se impulsa un modelo agroalimentario más sostenible y competitivo. Ampliar información.
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